Caliz de dos sangres

Una palabra de aliento
se convierte en desencanto,
no tienen donde dormir.

Es un hitler interno
que se burla de la mente
y de la suerte,
es la subestimación
a un sentimiento.

Se escuchan
carcajadas de alegría
aún sin techo,
ni miradas en privado.

Cielo y mar con ternura,
como suavizante de carnes,
del corazón.

El mundo crece y roba
aunque hay creces
de tiempo en tiempo.
Un buen vino
es su confianza,
manjar de pies a cabeza
es el deseo.

Vibra el subterraneo
y se forman raíces,
donde fluyen
ríos de sangre.
Piel serena
que busca liberarse
del miedo,
el tiempo.

La lengua
y los labios
parte a parte
van bañando,
aunque la tinta
seque después
de morir.