Chalita Chapalita

En la bolsa de Chalita podrás hallar Tridents extra care sabor cool mint, un celular con tonos descargados de The Killers, pañuelos, su cartera y otros artículos que llenan la bolsa. Los días de Chalita no han sido fáciles, operaron a su french Poodle Chiquita de la matriz, su hermano invadió su cuarto recién llegado de España con un corte de cabello que a Chalita y sus padres, parece extraño. Su padre está por inaugurar su restaurant y su madre tiene depresión al ver que su hijo ha llegado “muy cambiado de España”. Chalita trata de distraerse yendo a cenar a los restaurantes de moda y a los antros que mas le gustan, pero nada la puede consolar de los sucesos de su vida actual, ayer fue a cenar con Paulina al Monroe y se dio cuenta que no ha ahorrado nada de su quincena, cosa que afecta su viaje a Playa del Carmen y el pago al golpe que le dio a una Blazer el otro día por ir cantando a grito pelado, canciones de Piwi, que todos creían naco, pero estando de moda, lo naco es cool.

En la boda de una de sus mejores amigas, vio como se colaban invitados, la fiesta estaba a reventar y se sintió muy incómoda, además de que su ex la saludo de lejos, sin el mínimo deseo de acercarse a saludarse, lo que a ella le parece una falta de respeto. Ella llevó a un acompañante pero lo peor de Enríquez, es que no solo no tiene un peso sino que seguido pide dinero prestado, pero bueno, es solo un acompañante para no ir sola. Además su hermano trae el peinado raro y se queda sentado en una esquina de los antros, mirando a la sociedad tapatía saludarse, despedirse, sonreírse y sobretodo, balbucear algún chisme sin sentido que los distraiga de sus carencias “emocionales”.

Además hay diversas revistas con test y escritores internacionales, que sacan del aburrimiento a las chicas que prefieren Chapalita a Chapultepec. Chalita se lee todas y se toma al pie de la letra, los horóscopos del Facebook. Pero ella debe ahorrar, será la madrina de una niña que no conoce pero que hará su primera comunión, su madre aceptó por ella y como Chalita no debe contradecir a su madre, en estos momentos, simplemente se dedica a comprar el cirio y el reloj de mano con la imagen de la Virgen de Guadalupe.

El ex y Chalita acabaron muy mal, ambos tomados subieron al auto para empezar a criticarse, Chalita no tolera que un hombre tenga opinión diferente a ella y él no soporta a Chalita en general. Para cuando bajaron del auto, ya se habían revelado sus verdaderos sentimientos el uno al otro, pero no importa, siempre hay una pizzería mediterránea para encargar a domicilio y un pie de manzana de Starbucks calientito, para acompañar las penas. Obviamente Chalita subió de peso y dejó de ver al novio hasta que se sintiera emocionalmente preparada para volver a ir a los mismos antros que el y hablar del tema con sus mejores amigos y amigas.

Su consuelo se basa en donde y como se visualiza, es decir, en sus cursos de neuro linguística le dijeron que estaba muy apegada a sus padres a sus 26 años y que debía hablar de sus sentimientos, para no tragárselos. Su conclusión es que quiere ser publirelacionista de alguna página de Internet sobre sociales en Playa del Carmen, lejos de sus papás y su hermano sociópata. Donde podrá conocer nueva gente, sin menospreciar a sus buenas amistades en Guadalajara, los buenos bares y restaurantes donde ha pasado penas y alegrías, los colegios que la formaron y su querida colonia Chapalita.

Comments

Éctor Sandoval said…
Definitivamente -y ya te lo he dicho- tienes una narrativa coherente que logra atrapar al lector... Sigue con la escritura!!!
Viva chapalita.
Viva el starbucks de Chapalita...
viva su hermetismo y mutismo ante los demás sectores de la ciudad...
Hermosa Chapalita yo te aprecio como eres.
rene said…
Gracias por tu comentario.

Viva el hermetismo de mi Mexico semicatólico.

Sabía que tenías que leer Chalita Chapalita.