Tu alma está escondida.



Cuentan que viste tu cadaver
y pasaste por encima
para ver si sonreías
o seguías entre cadenas y mentiras.

Tenías un poco de algo
y lo alejaste al precipicio,
para ver si volvía.

En lo profundo de tu herida
no había nada,
fingías temblores cuando el suelo dormía.

Así pasaron los días y los años
entrenando tus cenizas
para ver si volvían.

Ve y salpícate de vida,
cava un hoyo en tu cabeza
y entra ahí por la salida,
tu herramienta es tu sombra
pero el sol brilla y brilla,
exterminando almas escondidas.

René Verduzco Cortés, 2010.

Comments