el cuarto año



Suave es la piel
que contiene sus huesos,
monumento a la felicidad
en insomne madrugada.

lumínica sonrisa
en el semblante camino,
inquieto ante un misterio,
cae el velo
de un futuro sin miedo.

con valentía arroja,
tu, piedra de carne y hueso,
al agua dulce que cura y alimenta.

Sentir la llaga
por dentro y por fuera,
arrastrado a la sal de agua niebla,
heridas repentinas sanarán.

Rene Verduzco Cortes, 2011.

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